Santiago de Compostela: Qué ver & Qué hacer

Todo el norte de España, la España verde, ofrece paisajes majestuosos entre altas montañas, verdes colinas y el increíble océano atlántico. Aquí encontramos la región de Galicia, que alberga numerosos lugares de interés tanto natural como cultural, uno de los cuales es la ciudad de Santiago de Compostela. No en vano Santiago, capital de Galicia, es una ciudad Patrimonio de la Humanidad (UNESCO), y es que su encanto es indiscutible.

Santiago de Compostela es mundialmente conocida por ser su catedral uno de los lugares de peregrinación más importantes del mundo. Miles de peregrinos llegan a esta ciudad cada año haciendo el Camino de Santiago. Para muchos, este camino tiene un sentido espiritual de tradición cristiana y tiene como objetivo visitar la tumba de Santiago el Mayor. Para muchos otros y especialmente en las últimas décadas, este recorrido es una oportunidad de entrar en contacto con la naturaleza, ver paisajes de ensueño, conocerse mejor a sí mismo, compartir momentos en familia, pareja o amigos, o de hacer deporte.

Créditos: tiburi

Si estás pensando en hacer uno de estos Caminos, podrás escoger entre múltiples opciones: el Camino Francés que atraviesa la península por Castilla y León (éste es el camino más antiguo), el Camino del Norte por la costa cantábrica, o el Camino portugués, que atraviesa el país vecino y entra en Galicia por el sur, por ejemplo. Con el paso de los años han surgido muchas variantes de los caminos históricos y tradicionales, sobre todo para poder responder a la gran demanda de caminantes que se lanzan año tras año a la aventura. Y es que cuando ya has hecho uno, casi seguro que querrás repetir.

Pero Santiago es mucho más que el Camino. Si vais a pasar unos días en la ciudad, os recomendamos alojaros en el Camping As Cancelas ubicado dentro de la ciudad, de manera que todo os resulte fácilmente accesible. Una vez aquí, lo primero que debéis hacer es pasear por las calles de Santiago para impregnaros de la atmósfera única del lugar. Seguro que sin daros cuenta llegaréis en un momento dado a la Plaza do Obradoiro donde os aconsejamos deteneros un momento. Si os sentáis en el suelo de la plaza compartiréis espacio con todos los caminantes que llegan al acabar el Camino; es una experiencia única verles festejar el final del recorrido. Alrededor de la plaza, raro será que no encontréis algún músico tocando la gaita en alguna callejuela, algo que sin duda os transportará aún más al corazón de la cultura gallega.

Créditos: Javier Alamo

Durante vuestra visita, podréis aprovechar para ir al Museo do Pobo Galego (Museo del Pueblo Gallego) ubicado en el antiguo convento de Santo Domingo de Bonaval, o al Museo de las Peregrinaciones y de Santiago, si os apetece conocer más sobre la Ciudad y su historia. Y si os interesa más la arquitectura contemporánea, no os perdáis la Cidade da Cultura de Galicia (Ciudad de la Cultura de Galicia), un espacio cultural inmenso con una oferta muy variada para todos los públicos y edades.

Por otro lado, Santiago es un destino perfecto también para disfrutar de la rica gastronomía gallega. No os vayáis sin pasar por el Mercado de Abastos, dónde no sólo podréis comprar productos frescos sino también degustarlos en la taberna Abastos 2.0. Si lo que buscáis es un restaurante, dirigíos a la calle do Franco, donde encontraréis locales para todos los gustos, todos con los más exquisitos platos, sobre todo de pescado y marisco. Y si sois golosos, esta es también la ocasión de probar la rica Tarta de Santiago, una receta tradicional de lo más dulce.

Si viajáis a Santiago en verano, os gustará saber que a menos de 30min de la ciudad encontraréis tranquilas y hermosas playas para refrescaros. La Playa de Compostela, por ejemplo, se encuentra a media hora de la ciudad y dispone de servicios de todo tipo para pasar un día en familia. Y para desconectar y disfrutar de la naturaleza, encontraréis en Santiago numerosos espacios verdes como el Parque de la Alameda. Esta ciudad está rodeada de bellos paisajes que os permitirán descubrir un sendero nuevo cada día, acceder a miradores, o bordear los ríos.

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